Damos un repaso a los productos de limpieza básicos presentes en cualquier casa.
Amoniaco: Para la limpieza de cristales y azulejos. Para quitar las manchas de grasa de las tapicerías, frota con una solución de tres partes de amoniaco y una de agua. En el mercado hay amoníaco con perfume y sin perfume, pero yo personalmente, no noto mucho la diferencia cuando lleva perfume a cuando no lo lleva, así que me es indiferente usar el que sea.
Limón: Elimina las manchas de oxido en tejidos, suelos de cerámica y sanitarios. Blanquea las manchas amarillas y las de tinta, y elimina las de los metales. El limón contiene aceites esenciales y bioflavonoides. Es antioxidante, quita las manchas y tiene un olor refrescante.
Agua Oxigenada: Para la limpieza del mármol y para eliminar manchas de tinta en la madera. Dilúyela en agua. Los muebles de fibra vegetal quedaran mas blancos si los frotas con un paño humedecido en agua oxigenada.
Alcohol: Para quitar los restos de pintalabios, rotulador y hierba en las tapicerías, para lo que tendremos que rodear la mancha con polvos de talco y empápala en alcohol por el derecho y el revés. Se usa rebajado con agua, tres de alcohol por una de agua. Para la limpieza de cristales y azulejos mézclalo con limpia cristales y agua a partes iguales.
La glicerina (o glicerol) es un líquido incoloro, inodoro, viscoso y no tóxico, con un sabor muy dulce y tiene, literalmente, miles de usos, entre ellos el de limpiador (quita manchas de orina, café ), cualquier cosa que se derrame en la nevera será más fácil de quitar si los estantes han sido previamente fregados con un paño mojado en glicerina y, además, conserva objetos de goma y piel.
Bicarbonato: Para la eliminación de las manchas amarillas que aparecen en los manteles blancos, se disuelven tres cucharadas de bicarbonato en un litro de agua caliente, se deja en remojo media hora y se aclara. Mezclado en seco con detergente de lavadora y talco, ayuda a la limpieza de las tapicerías y absorbe las manchas de grasa. El bicarbonato es una sustancia alcalina, lo que significa que es capaz de disolver la grasa cuando se combina con agua. Utilizado en seco o en un paño ligeramente húmedo, sus propiedades abrasivas hacen que sirva para restregar superficies sucias, igual que si utilizáramos un estropajo pero con la ventaja de que el bicarbonato no raya. De esta forma se puede limpiar todo tipo de superficies: metal, plástico, tela, esmaltes…lo mismo sirve para limpiar la bañera que un sofá, una alfombra, un recipiente de plástico o un muñeco de peluche.
Sal: Vertido en el fregadero evita atascos y malos olores. Blanquea los visillos si se dejan una hora en agua y sal. El jabón natural es una mezcla de sales de ácidos grasos de cadenas largas. Limpia cualquier superficie, actúa aumentando la eficacia del agua para lavar, se degrada fácilmente y no es tóxico. Para hacer jabón sólo necesitas aceite usado, agua y sosa cáustica (hidróxido de sodio). Es fácil que alguna persona mayor te explique como elaborarlo.
Vinagre: El vinagre contiene ácido acético, lo que reduce y corta la grasa. Además, es un buen ambientador. Caliente, abrillanta los sanitarios y quita el verdín de los metales, reaviva el color de los textiles y evita que la ropa destiña. Es bueno para la limpieza de madera y terrazo.
Ecolimpiador para hacer en casa:
- 800 ml vinagre de vino blanco
- 180 ml alcohol (96%)
- 15 ml aceite esencial de pino (150 gotas)
- 5 ml aceite esencial de menta (muy buen bactericida) (50 gotas)
- Aplicación: 1 tapón/cubo agua
¿Qué productos de limpieza potencialmente peligrosos tenemos habitualmente en nuestras casas? Lejía, antical, detergentes, refrigerantes, desinfectantes, desatascadores, limpiadores: vajillas, hornos, cristales y suelos.