¿Una escoba eléctrica? ¿Existe? Desde ya te decimos que sí y, según las opiniones que se están viendo, parece que van bastante bien. Pero, ¿hablamos más sobre ellas?
Las escobas eléctricas
Una escoba eléctrica podrías considerar que es como una aspiradora. La primera que surgió llevaba un motor de gasolina, era tirada por caballos y se ponía fuera del edificio. No, no te mentimos, era la Puffing Billy, uno de los primeros inventos para absorber la suciedad de las casas pero que suponía un engorro cuando había que usarla.
Ahora las aspiradoras han mejorado hasta llegar al producto que hoy nos ocupa: las escobas eléctricas que retiran la suciedad de casi cualquier lugar. Los últimos modelos llevan un cepillo rotatoria y funcionan con baterías para evitar el cable de carga. Más ligeras y manejables pero… ¿efectivas?
En el mercado puedes encontrar varios modelos de las principales marcas más conocidas (Hoover, Solac, Ufesa,…) y con grandes diferencias en precio (te gastarás una media de 120 euros en una escoba eléctrica).
A priori, tienen múltiples ventajas como el hecho se ser más livianos que los aspiradores normales y, gracias a su mango, evitan las malas posturas. Suelen durar lo suficiente para limpiar una casa (no más de 40 minutos de batería), y tienen una buena potencia de absorción por lo que, en cuestión de poco tiempo eliminas todo el polvo del lugar.
Ahora bien, al no estar conectadas a la red eléctrica, su potencia no es como los aspiradores, por lo que el resultado no suele ser el mismo que si usaras una aspiradora normal (muchos han hecho la prueba con pan rallado y algunas marcas no pueden con él).
Si nos basamos en las opiniones que se encuentran en internet, muchas amas de casa elogian las escobas eléctricas y recomiendan alguna que otra marca, ya sea de las conocidas o las llamadas marcas blancas. Se pueden encontrar también comentarios negativos sobre las mismas. Ten en cuenta que hablamos de un aparato mucho más pequeño que una aspiradora tradicional y eso se nota en su eficiencia.
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